La resistencia a tratamientos para el VIH-SIDA es uno de los principales retos actuales del tratamiento antirretroviral y se ha vuelto un parámetro importante del valor terapéutico de los medicamentos en esta área. En varias publicaciones internacionales, se ha observado que pacientes con tratamiento han presentado resistencia a los medicamentos actuales contra el VIH, lo cual indica que la resistencia a una clase de agentes antirretrovirales es, por lo menos, de 76 por ciento.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, a pesar de que el tratamiento antirretroviral está disponible en la mayoría de los países, se calcula que entre el 5 y 20 por ciento de los pacientes diagnosticados actualmente con VIH, presentan virus resistentes a por lo menos una de las clases de tratamiento existentes.
Hasta hoy, los pacientes contaban con medicamentos de cuatro diferentes clases: inhibidores nucleósidos de transcriptasa reversa, inhibidores no nucleósidos de transcriptasa reversa, inhibidores de proteasa e inhibidores de la fusión, cada uno destinado a inhibir cuatro diferentes procesos del virus durante su replicación.
Sin embargo, para algunos pacientes las combinaciones de estas cuatro diferentes clases resultaban ya insuficientes y no contaban con una opción adicional de tratamiento.
Con este panorama en mente, hace aproximadamente 10 años, a través de su investigación permanente contra el VIH/SIDA, se inició el desarrollo de una nueva clase terapéutica, que hoy en día es conocida como inhibidores de integrasa.
Actualmente y de acuerdo con cifras de ONUSIDA (el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA), en 2007 33.2 millones de personas en todo el mundo vivían con el VIH/SIDA y sólo en 2007 provocó 2.1 millones de muertes.
En el caso específico de nuestro país, la epidemia se ha concentrado especialmente en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadoras(es) del sexo comercial y sus clientes, así como usuarios de drogas intravenosas.
Dentro de esta nueva clase de fármacos antirretrovirales surge raltegravir, anteriormente denominado MK-0518, el primer miembro de una nueva clase de fármacos antirretrovirales en investigación llamados inhibidores de la integrasa, que inhiben la integración del ADN del VIH en el ADN humano. Al impedir que la integrasa lleve a cabo esta función esencial, se bloquea la capacidad del virus de replicarse e infectar a nuevas células.
En septiembre de 2007 la SSA aprobó en México a raltegravir. En octubre de 2007 la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) anunció la autorización de raltegravir para su uso combinado con otros agentes antirretrovirales, para el tratamiento contra la infección por VIH-1, en pacientes adultos que recibieron tratamiento y que presentaron replicación viral y VIH-1 resistentes a múltiples agentes antirretrovirales.
El 62% de los pacientes que recibieron raltegravir además de tratamiento optimizado de base lograron cargas virales menores de 50 copias/ml a las 48 semanas de tratamiento en comparación con el 33% de los pacientes que recibieron únicamente tratamiento optimizado de base. El aumento en las cuentas de células CD4+ fue de 109 células en el grupo de pacientes que recibieron raltegravir además de tratamiento optimizado de base a las 48 semanas de tratamiento en comparación con el aumento de 45 células CD4+ en los pacientes que recibieron únicamente tratamiento optimizado de base.
fuente: http://www.periodicodigital.com
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, a pesar de que el tratamiento antirretroviral está disponible en la mayoría de los países, se calcula que entre el 5 y 20 por ciento de los pacientes diagnosticados actualmente con VIH, presentan virus resistentes a por lo menos una de las clases de tratamiento existentes.
Hasta hoy, los pacientes contaban con medicamentos de cuatro diferentes clases: inhibidores nucleósidos de transcriptasa reversa, inhibidores no nucleósidos de transcriptasa reversa, inhibidores de proteasa e inhibidores de la fusión, cada uno destinado a inhibir cuatro diferentes procesos del virus durante su replicación.
Sin embargo, para algunos pacientes las combinaciones de estas cuatro diferentes clases resultaban ya insuficientes y no contaban con una opción adicional de tratamiento.
Con este panorama en mente, hace aproximadamente 10 años, a través de su investigación permanente contra el VIH/SIDA, se inició el desarrollo de una nueva clase terapéutica, que hoy en día es conocida como inhibidores de integrasa.
Actualmente y de acuerdo con cifras de ONUSIDA (el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA), en 2007 33.2 millones de personas en todo el mundo vivían con el VIH/SIDA y sólo en 2007 provocó 2.1 millones de muertes.
En el caso específico de nuestro país, la epidemia se ha concentrado especialmente en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadoras(es) del sexo comercial y sus clientes, así como usuarios de drogas intravenosas.
Dentro de esta nueva clase de fármacos antirretrovirales surge raltegravir, anteriormente denominado MK-0518, el primer miembro de una nueva clase de fármacos antirretrovirales en investigación llamados inhibidores de la integrasa, que inhiben la integración del ADN del VIH en el ADN humano. Al impedir que la integrasa lleve a cabo esta función esencial, se bloquea la capacidad del virus de replicarse e infectar a nuevas células.
En septiembre de 2007 la SSA aprobó en México a raltegravir. En octubre de 2007 la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) anunció la autorización de raltegravir para su uso combinado con otros agentes antirretrovirales, para el tratamiento contra la infección por VIH-1, en pacientes adultos que recibieron tratamiento y que presentaron replicación viral y VIH-1 resistentes a múltiples agentes antirretrovirales.
El 62% de los pacientes que recibieron raltegravir además de tratamiento optimizado de base lograron cargas virales menores de 50 copias/ml a las 48 semanas de tratamiento en comparación con el 33% de los pacientes que recibieron únicamente tratamiento optimizado de base. El aumento en las cuentas de células CD4+ fue de 109 células en el grupo de pacientes que recibieron raltegravir además de tratamiento optimizado de base a las 48 semanas de tratamiento en comparación con el aumento de 45 células CD4+ en los pacientes que recibieron únicamente tratamiento optimizado de base.
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